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Casa Solar ITESM |
La Casa Solar del Tecnológico de Monterrey es
actualmente el edificio insignia del Centro de Energía Solar en el instituto y
funge como espacio de apoyo para los proyectos de investigación y académicos
llevados a cabo por la Cátedra de Investigación en Energía Solar y
Termociencias. Se trata de un edificio de alto valor histórico, arquitectónico
e institucional, su construcción se remonta a la segunda mitad de la década de
los setenta y fue la culminación de un esfuerzo conjunto de un equipo pionero de
profesores, investigadores y alumnos liderado por el Dr. José Ángel Manrique
Valadez.
Con el choque petrolero de 1973, evento en el que los precios de los combustibles
fósiles se catapultaron vertiginosamente, el mundo se dio cuenta de la
necesidad de contar con fuentes alternas de energía que garantizaran la
dinámica industrial y de desarrollo de las sociedades modernas. A partir de
este suceso catalizador comenzó lo que podría llamarse el primer “boom” de la
energía solar en tiempos modernos. Fue en ese momento y con esta preocupación
que instituciones alrededor del mundo comenzaron a dar gran importancia a
impulsar el desarrollo y la adopción de tecnologías de construcción basadas en
principios pasivos para el aprovechamiento del recurso solar. A lo largo de
Europa y Norteamérica comenzaron a aparecer construcciones modernas que
incorporaban características bien conocidas por la humanidad a lo largo de
milenios.
Con el fin de que todos estos avances y
redescubrimientos permearan en todo el mundo y para fomentar este tipo de
tecnologías en países en desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas, a
través de la Organización de Estados Americanos lanzó en el año de 1976 el
denominado proyecto HELIOS. Gracias a la visión que siempre caracterizó al Dr.
José Ángel Manrique, es que se logró firmar el acuerdo en el que se atrajeron
los fondos necesarios para comenzar la construcción de un edificio que
comprobara la factibilidad y los beneficios que la arquitectura bioclimática
podría traer a México. El Dr. Manrique, junto con su equipo de colaboradores,
comenzó entonces con el diseño de esta casa vanguardista. Se comenzó con un
estudio climatológico de las condiciones de la ciudad de Monterrey. Se
revisaron los registros disponibles en esa época, en los cuales se disponía con
información de temperaturas, vientos y precipitaciones que databan desde los
años 30. Utilizando algoritmos y procedimientos desarrollados por institutos de
investigación internacionales se calcularon y registraron los datos de radiación
solar incidente en la región por primera vez. Se calcularon las orientaciones y
áreas de acristalamiento óptimo y se hicieron cálculos de la absorción y
disipación térmica de materiales tradicionales y se optimizó la construcción.
El resultado fue una construcción con muros masivos de 30 cm los cuales
permiten que la radiación incidente durante un caluroso día no alcance los
espacios interiores en el periodo más caliente de la jornada. Las aperturas (en
la envolvente principal de la edificación) fueron minimizadas en la orientación
sur-oeste y fueron adoptados sistemas integrados en la arquitectura de la
construcción para el correcto sombreado de las mismas. Gracias al análisis en
túneles de viento y al empleo de una torre de viento, se logró también una configuración
óptima que permitía garantizar una ventilación natural que hizo posible el
prescindir de sistemas de climatización tradicionales.
La construcción de la Casa Solar se terminó en el año
de 1980 y con el posterior monitoreo pudieron corroborarse los planteamientos
iniciales del proyecto; la adopción de principios básicos de arquitectura solar
pasiva pueden reducir las cargas térmicas en una edificación y proporcionar
condiciones de bienestar y confort interior más que adecuadas. La labor del Dr.
Manrique no cesó durante los años posteriores
y se continuó la investigación que permitió probar tecnologías solares
que redundaron en beneficios académicos en la institución y en el
fortalecimiento de programas de desarrollo social en zonas marginadas de
México.
Fue en la Casa Solar que el Dr. Manrique trabajó en
el perfeccionamiento de la primera patente de refrigeración solar en el
Instituto y una de las primeras en el país, así como en el desarrollo de
tecnologías de concentración solar que dieron origen a las primeras empresas
mexicanas en este campo (Celsol, hoy Óptima Energía). Gracias a las relaciones forjadas por el Dr. Manrique
con institutos y organizaciones internacionales como la American Society of
Heating, Refrigeration and Air-conditioning Engineers, fue posible equipar a la
Casa Solar con dispositivos de monitoreo y sistemas de refrigeración y
ventilación mecánica los cuales siempre han estado a disposición de los
estudiantes del Instituto para reforzar sus conocimientos en estas áreas. La
Casa Solar fue punta de lanza y permitió crear alrededor de ella el que durante
más de veinte años fue un centro de investigación autofinanciado y con una
generación de conocimiento y prestigio institucional más que destacables.
En la actualidad el Centro de Energía Solar continua
con la labor iniciada por el Dr. Manrique y la Casa Solar sigue siendo el
espacio en donde los estudiantes, profesores e investigadores pueden seguir
creando y participando en proyectos innovadores, impulsando el desarrollo de
nuevas y mejores tecnologías limpias.