miércoles, 4 de septiembre de 2013

Casa Solar prototipo del ITESM: Historia

Casa Solar ITESM

La Casa Solar del Tecnológico de Monterrey es actualmente el edificio insignia del Centro de Energía Solar en el instituto y funge como espacio de apoyo para los proyectos de investigación y académicos llevados a cabo por la Cátedra de Investigación en Energía Solar y Termociencias. Se trata de un edificio de alto valor histórico, arquitectónico e institucional, su construcción se remonta a la segunda mitad de la década de los setenta y fue la culminación de un esfuerzo conjunto de un equipo pionero de profesores, investigadores y alumnos liderado por el Dr. José Ángel Manrique Valadez.

Con el choque petrolero de 1973, evento  en el que los precios de los combustibles fósiles se catapultaron vertiginosamente, el mundo se dio cuenta de la necesidad de contar con fuentes alternas de energía que garantizaran la dinámica industrial y de desarrollo de las sociedades modernas. A partir de este suceso catalizador comenzó lo que podría llamarse el primer “boom” de la energía solar en tiempos modernos. Fue en ese momento y con esta preocupación que instituciones alrededor del mundo comenzaron a dar gran importancia a impulsar el desarrollo y la adopción de tecnologías de construcción basadas en principios pasivos para el aprovechamiento del recurso solar. A lo largo de Europa y Norteamérica comenzaron a aparecer construcciones modernas que incorporaban características bien conocidas por la humanidad a lo largo de milenios.

Con el fin de que todos estos avances y redescubrimientos permearan en todo el mundo y para fomentar este tipo de tecnologías en países en desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas, a través de la Organización de Estados Americanos lanzó en el año de 1976 el denominado proyecto HELIOS. Gracias a la visión que siempre caracterizó al Dr. José Ángel Manrique, es que se logró firmar el acuerdo en el que se atrajeron los fondos necesarios para comenzar la construcción de un edificio que comprobara la factibilidad y los beneficios que la arquitectura bioclimática podría traer a México. El Dr. Manrique, junto con su equipo de colaboradores, comenzó entonces con el diseño de esta casa vanguardista. Se comenzó con un estudio climatológico de las condiciones de la ciudad de Monterrey. Se revisaron los registros disponibles en esa época, en los cuales se disponía con información de temperaturas, vientos y precipitaciones que databan desde los años 30. Utilizando algoritmos y procedimientos desarrollados por institutos de investigación internacionales se calcularon y registraron los datos de radiación solar incidente en la región por primera vez. Se calcularon las orientaciones y áreas de acristalamiento óptimo y se hicieron cálculos de la absorción y disipación térmica de materiales tradicionales y se optimizó la construcción. El resultado fue una construcción con muros masivos de 30 cm los cuales permiten que la radiación incidente durante un caluroso día no alcance los espacios interiores en el periodo más caliente de la jornada. Las aperturas (en la envolvente principal de la edificación) fueron minimizadas en la orientación sur-oeste y fueron adoptados sistemas integrados en la arquitectura de la construcción para el correcto sombreado de las mismas. Gracias al análisis en túneles de viento y al empleo de una torre de viento, se logró también una configuración óptima que permitía garantizar una ventilación natural que hizo posible el prescindir de sistemas de climatización tradicionales.

La construcción de la Casa Solar se terminó en el año de 1980 y con el posterior monitoreo pudieron corroborarse los planteamientos iniciales del proyecto; la adopción de principios básicos de arquitectura solar pasiva pueden reducir las cargas térmicas en una edificación y proporcionar condiciones de bienestar y confort interior más que adecuadas. La labor del Dr. Manrique no cesó durante los años posteriores  y se continuó la investigación que permitió probar tecnologías solares que redundaron en beneficios académicos en la institución y en el fortalecimiento de programas de desarrollo social en zonas marginadas de México.

Fue en la Casa Solar que el Dr. Manrique trabajó en el perfeccionamiento de la primera patente de refrigeración solar en el Instituto y una de las primeras en el país, así como en el desarrollo de tecnologías de concentración solar que dieron origen a las primeras empresas mexicanas en este campo (Celsol, hoy Óptima Energía). Gracias  a las relaciones forjadas por el Dr. Manrique con institutos y organizaciones internacionales como la American Society of Heating, Refrigeration and Air-conditioning Engineers, fue posible equipar a la Casa Solar con dispositivos de monitoreo y sistemas de refrigeración y ventilación mecánica los cuales siempre han estado a disposición de los estudiantes del Instituto para reforzar sus conocimientos en estas áreas. La Casa Solar fue punta de lanza y permitió crear alrededor de ella el que durante más de veinte años fue un centro de investigación autofinanciado y con una generación de conocimiento y prestigio institucional más que destacables.

En la actualidad el Centro de Energía Solar continua con la labor iniciada por el Dr. Manrique y la Casa Solar sigue siendo el espacio en donde los estudiantes, profesores e investigadores pueden seguir creando y participando en proyectos innovadores, impulsando el desarrollo de nuevas y mejores tecnologías limpias.











1 comentario:

  1. la energía solar es uno de los métodos más beneficiosos de producción de energía en la actualidad porque es una inversión que favorece en el tiempo y que además ayuda al ambiente que tanto nos necesita. La utilización de otros tipos de energía están acabando con la vida natural del mundo y una de las soluciones más prácticas es cambiar esos tipos de energía como una muestra de apoyo a las generaciones futuras. En http://www.enlight.mx observamos la importancia del uso de este tipo de energía solar para la conservación del ambiente.

    ResponderEliminar